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divendres, 20 de maig del 2016

Envelliment amb èxit i longevitat


Per Angela Alarcón Gómez

Tras muchos años, la vejez era siempre conocida como sinónimo de enfermedad y como déficit comportamental, es decir, como una carga para la familia y la  sociedad. Actualmente, se ha creado un mundo de ciencia gerontológica,  atención y de servicios  sociales sobre cómo lograr una vejez competente para todos y cómo aprovechar ésta como potencial  social.

Al mismo tiempo, la sociedad impulsada tanto por organismos internacionales públicos como la organización Mundial de la Salud, o la Unión Europea como por organismos no gubernamentales de ciudadanos mayores, está comenzando a llevar a cabo políticas y programas de actuación con el objetivo de promocionar una vejez competente o con éxito.

Rowe y Kahn (1.997) han definido la vejez con éxito incluyendo: «baja probabilidad de enfermedad y de discapacidad asociada, alto funcionamiento cognitivo y capacidad  física funcional y compromiso activo con la vida». La pregunta ahora es, ¿de qué forma se consigue envejecer con éxito, con  competencia?.

Si atendemos a una concepción muy extendida sobre la vejez, es considerada como una enfermedad que no se puede prevenir y que el envejecer con o sin patologías inhabilitantes es, más bien, una cuestión biológica que depende de un inmodificable deterioro de los sistemas biofísicos.  Sin embargo, aunque no cabe duda de que la biología es el mayor enemigo del envejecimiento, envejecer con éxito no sólo depende de los sistema biológicos sino que, puesto que el ser humano es un ser cultural, factores exógenos intervienen y modulan la forma de envejecer.

Muchos autores consideran que el ser humano puede envejecer «bien» mediante la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud y que ello es posible a través del aprendizaje de estilos de vida saludables.

Pero hay un estudio curioso que busca la mayor esperanza de vida del planeta y la halla en los ancianos de Okinawa.. La alta longevidad no se explica sólo por la genética, ya que se ha comprobado que cuando sus habitantes abandonan la isla disminuye su esperanza de vida. Tampoco se justifica por el buen clima y los sanos hábitos nutricionales que siguen, basados en comer poco y lento, tomar alimentos sanos como el pescado, la soja, el arroz o las algas ricas en yodo y calcio, y evitar pasteles y golosinas. La admirable longevidad de estos japoneses se debe también a su bienestar psicológico. Son ancianos socialmente activos, optimistas frente a los problemas y se sienten felices de ser viejos, sin tener la sensación de que son un peso o una carga para la sociedad.

Os propongo el vídeo siguiente en el que se sugieren las claves de la longevidad.



El mensaje parece claro: la longevidad no está condicionada sólo por la genética y los hábitos saludables. El bienestar psicológico, ser felices en esta etapa de la vida, es crucial para envejecer bien y vivir más tiempo.

Referencias.

·VEJEZ CON ÉXITO O VEJEZ COMPETENTE: UN RETO PARA TODOS. Rocío Fernández-Ballesteros. Universidad Autónoma de Madrid. España. 

·EL ENFOQUE DEL CICLO VITAL: HACIA  UN ABORDAJE.


3 comentaris:

  1. Estoy de acuerdo en que hasta hace no muchos años envejecer era sinónimo de enfermedad y de declive físico y cognitivo, pero la idea de que eran una carga para la familia y la sociedad no la comparto. En primer lugar, la familia normalmente no consideraba el cuidado de los ancianos como una carga, sino más bien como una “tradición”, una etapa más en la vida de toda familia. Además, en muchas culturas se considera a los ancianos como las personas más sabias, y no se perciben como una carga sino como un privilegio el poder tener ancianos de los cuales aprender sobre la vida.

    Por otro lado, en cuanto a la creación y el impulso de organismos centrados en la etapa de la vejez, si analizamos las características de la sociedad actual, no tendrían como objetivo principal o no han sido desarrollados para ser promotores de una vejez competente o con éxito. Considero, que la mayor esperanza de vida ha sido la promotora de la creación de dichos organismos. Al convertirse la vejez en una etapa más de la vida y no ser considerada como una etapa de declive, se ha visto la necesidad de proporcionar a esa “nueva etapa” nuevos estilos de vida que anteriormente no existían, es decir, ante la presencia de una vejez activa debemos de actuar de distinta forma que ante una vejez “inerte”. En la actualidad, las personas después de la jubilación siguen siendo hábiles en la sociedad y por ello hay que proporcionarles actividades que les ayuden a su crecimiento personal. Encontramos multitud de actividades; viajes, actividades deportivas, de educación, talleres de manualidades, cuidado de los nietos,… Por ello, ya no se habla de la vejez como la tercera edad si no que se empieza a distinguir entre una tercera y cuarta edad.

    De la definición hecha por Rower y Kahn (1997), particularmente me gustaría destacar la idea de “compromiso activo con la vida”. Destaco principalmente dicha idea porque he sido voluntaria y he trabajado con gente mayor y a pesar de que muchas de esas personas tenían discapacidades físicas o cognitivas era su deseo de seguir activos, de ser válidos e independientes el que les movía a seguir desarrollándose cómo personas.

    Es verdad que el bienestar subjetivo es la clave para la longevidad, de él derivará nuestra salud mental y con ella también la física, ya que sabemos que lo mental y lo físico no son entes separados. Precisamente lo que acabo de decir en el párrafo anterior sobre compromiso activo con la vida estaría íntimamente relacionado con el bienestar subjetivo, estaríamos hablando en ambos de la percepción que la persona siente o tiene sobre sí misma. Por tanto, sería dicha percepción la promotora de un envejecimiento óptimo y enriquecedor en sí mismo.

    Además de lo ya expuesto, se encuentran otros estudios que demuestran que el estrés acelera el envejecimiento y la aparición de patologías, u otros que se centran en cuáles son las pautas alimenticias más deseables para retrasar el envejecimiento o llegar a él de la mejor forma posible.

    Para finalizar, me gustaría hablar sobre un estudio realizado en Reino Unido y publicado en la revista Brain, Behavior and Immunity ( 2008). En dicho estudio se obtuvo que las personas con menor nivel de estudios académicos presentaban telómeros más cortos, lo que indicaba un envejecimiento más rápido, es decir, a menor nivel de estudios más probabilidades de presentar un envejecimiento prematuro. He querido mencionar esta investigación ya que la sociedad y cultura anglosajona está más relacionada con la española que la japonesa y también para demostrar que el envejecimiento óptimo no es un ente aislado de un solo factor si no que todos se encuentran ligados entre sí.

    Gloria Mateo Castillo

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  3. Me parece un tema de lo más interesante.
    En la actualidad vivimos centrados en parámetros determinados de éxito, así la juventud es uno de los más valorados.
    En una sociedad en la que, la mayoría de la gente muere no por causa natural, si no por multitud de enfermedades; en una sociedad en la que las personas mayores casi llegan a ser una carga pesada que no concuerda con el estilo de vida; en una sociedad en la cual lo superficial predomina sobre todas las cosas, se hace necesario encontrar motivos, encontrar razones más profundas. Somos seres humanos, no máquinas.
    Por tanto me parece muy interesante la investigación de aquellos factores psicológicos que influyen en la longevidad de nuestras vidas, confirmando por otra parte la importancia del buen funcionamiento, de los buenos hábitos de nuestra psique.

    Estefanía Ibáñez Beltrñan

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